Un buen gobierno con proyecto de futuro y protagonismo colectivo

La existencia de un gobierno canario pensado desde Canarias y para los canarios ha sido un factor decisivo para alcanzar los niveles históricos de desarrollo económico y de bienestar social que el Archipiélago ha alcanzado en los últimos años. Y en un momento como éste, en que los canarios hemos de afrontar los nuevos desafíos –de presión demográfica, de competitividad económica y de bienestar social— que nos plantea un mundo cada vez más globalizado, no podemos dar un paso atrás en esa dirección canaria de la política de Canarias.

Hoy seguimos necesitando un gobierno autónomo fuerte. Un gobierno que defienda por encima de todo, tanto en España como en Europa, los intereses canarios, pensados desde Canarias y para dar soluciones a los problemas canarios. Un gobierno que impulse las nuevas competencias autonómicas, sin temores ni complejos de ningún tipo. Un gobierno que siga teniendo como prioridades esenciales el fortalecimiento de nuestras singularidades, la articulación del Archipiélago como una tierra única, la potenciación del desarrollo económico y social sostenible, y la consolidación del estado de bienestar social que hemos conquistado con tantos esfuerzos.

Y, sobre todo, necesitamos un gobierno con visión estratégica que lidere los cambios necesarios que es preciso impulsar en este momento para ganar definitivamente nuestro futuro. Cambios en la economía, apostando decididamente por la nueva economía; en la ordenación territorial, gestionando adecuadamente nuestro recurso más escaso y crítico, que es el territorio; en la administración pública, propiciando un auténtico proceso de modernización en su seno para hacerla más ágil, eficiente y comprometida con su misión de servicio público, y cambios en la acción exterior, aprovechando las oportunidades que se nos presentan para jugar el papel geoestratégico que nos corresponde desempeñar como archipiélago atlántico. Un gobierno, en suma, que facilite las condiciones materiales y mentales para que los canarios podamos ser definitivamente dueños de nuestro destino, canalizando productivamente ese enorme caudal de capital humano e intelectual de que disponemos actualmente, con una juventud mejor preparada que nunca, para ponerlo al servicio de nuestro desarrollo económico y social, para construir entre todos, con la participación de todas las islas, un proyecto de futuro para Canarias –como pueblo maduro que somos, tras haber superado nuestro atraso histórico—, que nos permita consolidarnos como una sociedad avanzada y culta con un protagonismo activo en el mundo.

Y junto a un gobierno autónomo firmemente comprometido con la consecución de esas nuevas metas, también necesitamos unos ayuntamientos y unos cabildos que gobiernen con credibilidad y solvencia, especialmente en Gran Canaria, donde hemos padecido últimamente la falta de un proyecto político con visión estratégica que haga valer el enorme peso que nuestra isla tiene en el proceso de construcción de Canarias. Sí, Gran Canaria necesita un gobierno insular y unos gobiernos municipales eficientes, transparentes y con una gestión estratégicamente orientada a aprovechar las fortalezas que tenemos, que no son pocas, y las oportunidades que se nos presentan, que son importantes, para desempeñar nuestro protagonismo en ese proyecto único de Canarias y poder alcanzar mayores cotas de progreso económico y de bienestar social con el resto de las islas.

Para ello es preciso dotarnos de un gobierno insular con capacidad para liderar la construcción de un proyecto colectivo de isla con visión de futuro. Ese liderazgo insular solo puede ser forjado por un gobierno que integre y no excluya, que acuerde y no imponga, que desarrolle los instrumentos de planificación y programación insulares y no los aparque indefinidamente, que distribuya fondos públicos con criterios ecuánimes y transparentes y no en función del color político que tenga cada municipio, que se ponga a hacer sus propios deberes en vez de echarle las culpas a los demás y que convenza a todos con una gestión solvente sin necesidad de tener que vencer a nadie para desarrollarla.

Y, junto a ese nuevo liderazgo insular, también es necesario articular proyectos municipales firmemente comprometidos con el desarrollo local y, al mismo tiempo, corresponsables del desarrollo insular. Gobiernos municipales preocupados por dar soluciones a los problemas de los vecinos y prestar servicios eficientes, pero también dispuestos a acoger en su seno infraestructuras y servicios insulares y a participar activamente en el desarrollo de proyectos que beneficien a todos los canarios. Gobiernos municipales que tengan un proyecto de ciudad o un proyecto de pueblo que ofrecer a los ciudadanos y construir con la participación de todos los agentes locales, pero que también participen mancomunadamente en un proyecto de comarca en el marco de un proyecto de isla y de un proyecto nacional para toda Canarias.

En definitiva, necesitamos un gobierno insular y unos gobiernos municipales que busquen el consenso y no la confrontación permanente; que defiendan la isla sin caer en el insularismo penoso –es decir, que no hagan del pleito insular la bandera con la que tapar sus propias vergüenzas—, y que defiendan la localidad sin caer en el localismo ramplón –es decir, que no utilicen al municipio para desentenderse de los problemas de la isla—. Unos gobiernos que se coordinen unos con otros para resolver conjuntamente los problemas comarcales e insulares, y que propicien la participación del sector privado, de los agentes sociales y de los ciudadanos en el desarrollo de las políticas públicas. Unos gobiernos que informen y eduquen a la sociedad, pero que también sean capaces de aprender de ella y nutrirse de las ideas y proyectos que surgen de su seno, propiciando un auténtico reencuentro de la política con la sociedad civil. Unos gobiernos que practiquen la buena gobernanza de las instituciones públicas, asumiendo como principios esenciales de su gestión la transparencia, la responsabilidad social, el carácter consecuente de las decisiones, el fomento de la participación ciudadana y la sensibilidad a las necesidades y aspiraciones de la población canaria.

Porque, para afrontar colectivamente los desafíos que se le presentan a Gran Canaria y a Canarias entera en un mundo tan complejo, diverso e interconectado como el actual, es necesario tener proyecto colectivo con visión de futuro, unir todas las fuerzas posibles para ponerlo en práctica, gestionar bien los recursos públicos y propiciar –desde dentro de las instituciones y también fuera de ellas— un cambio profundo en las relaciones entre el poder político y la sociedad civil, recuperando la confianza de la ciudadanía en sus instituciones públicas y en la democracia.

Cada vez estoy más convencido que Coalición Canaria es la única fuerza que puede asumir este compromiso de buen gobierno con proyecto de futuro y protagonismo colectivo sin sometimiento alguno a intereses ajenos a Canarias, puesto que es el único partido que en las islas no tiene que digerir imposiciones externas –ni de candidatos teledirigidos, ni de programas de gobierno recortados y pegados, ni de políticas con las cartas marcadas. Y cada vez estoy más convencido, también, que Coalición Canaria de Gran Canaria, ya definitivamente recuperada, es la fuerza que decide que ese compromiso político pueda ser llevado efectivamente a la práctica, puesto que es el único partido que hoy por hoy tiene proyecto de futuro para Gran Canaria, para sus diferentes comarcas y para todos sus municipios (como lo prueba la excelente ponencia programática que hoy debatimos en este Congreso). Y tenemos ese proyecto de futuro que tanto ansían los grancanarios en el marco de un proyecto de futuro para toda Canarias como pueblo maduro y responsable, un proyecto que Gran Canaria nunca podrá construir sola, cierto, pero que tampoco podrá construirse sin ella.

Estamos, pues, en un excelente momento para generar ilusión y confianza en torno a un proyecto político de futuro para Las Palmas de Gran Canaria, para Gran Canaria y sus diferentes comarcas, y para Canarias entera. Aprestémonos a aprovecharlo sin demora, con decisión y valentía, que el futuro siempre sonríe a aquellos que tienen un proyecto para ganarlo, hecho con la cabeza y también con el corazón.

No hay comentarios: